"Todos somos genios, pero si le pides a un pez que trepe a un árbol pasará su vida sintiéndose estúpido".
Albert Einstein

25 de septiembre de 2009

Inteligencia emocional en el défict de atención con más o menos hiperactividad

En ocasiones, tanto padres como los profesionales del ámbito docente, damos más importancia a las cuestiones de tipo académicas que a las de tipo emocionales y afectivas. Parece que es más importante garantizar un rendimiento académico que ocuparnos con la misma presura del componete emocional.
En efecto, uno de los objetivos cruciales a conseguir ante sujetos que presentan déficit de atención con +/- hiperactividad es el de la mejora de la autoestima personal, importantísimo para forjar los pilares de la personalidad del individuo y que posibilitará una integración adecuada en la vida adulta, en áreas como la afectiva, social y laboral.
Y para conseguir un adecuado desarrollo de la autoestima personal, es necesario trabajar en el campo de las emociones.
Fue Daniel Goleman quien acuñó el término de Inteligenia Emocional en la década de los ´90, como la capacidad de sentir, entender, controlar y modificar estados anímicos propios y ajenos.

Las habilidades que hay que desarrollar para una mejora de la inteligencia emocional se pueden englobar en dos grupos:

1) Habilidades intrapersonales, de tipo internas y referidas al autoconocimiento:
- Autoconciencia, entendida como la capacidad de saber qué está pasando en nosotros y qué estamos sintiendo.
- Control emocional, o como regular la manifestación de una emoción y/o modificar un estado anímico y su forma de exteriorizarlo.
- Motivación, como capacidad de motivarse y motivar a los demás.

2) Habilidades interpersonales, de tipo externas, de relación con los demás.
- Empatía, o cómo entender qué están sintiendo otras personas desde su perspectiva.
- Habilidades sociales, para relacionarse de forma adecuada en los grupos sociales.

Por tanto, es de suma importancia el trabajo de padres y docentes en el campo de la competencia emocional.

"La emoción dirige la atención, y la atención dirige a su vez el aprendizaje", Robert Sylwester.

Para saber más:
GOLEMAN, D. (1998): La práctica de la inteligencia emocional. Kairós. Barcelona.

1 comentario:

  1. Desde mi experiencia como docente, expreso mi opinión sobre este tema, para mi apasionante, de la inteligencia emocional y los sentimientos, del que me ocupo cada día con mis alumnos y alumnas, porque es el camino para conducir a buen puerto, a muchos de los niños y niñas que actúan de manera "especial", es decir fuera de lo que consideramos "normal" y que por la vía de las emociones se consigue conectar con ellos para ayudarles a encauzar toda esa carga interior que, en ocasiones, la mayoría, no saben cómo exteriorizar lo que da lugar a comportamientos muy perjudiciales para ellos y para el grupo.
    Por la vía de educación emocional podemos conseguir los docentes mucho más que por cualquier otra, porque a los niños y niñas les interesa que les hablemos de sus sentimientos, de lo que tienen por dentro y captamos con ello toda su atención, le damos sosiego interior y así podemos llegar a despertar su interés por aprender, pero para que eso ocurra un alumno o alumna, primero debe sentirse apreciado, querido, en clase por sus compañeros y profesores y así será bastante feliz, se sentirá cómodo en el grupo, con la tranquilidad y seguridad que le da su buena relación con el adulto que le ayuda y al que, entonces sí, es capaz de seguir y de querer.
    Yo lo experimento cada día en el aula, por tener un grupo de alumnos con problemas de aprendizaje, que son todos ocasionados por trastornos emocionales derivados de conflictos internos sin tratar y sin resolver, por situaciones familiares o por desórdenes internos que trastornan su atención y entorpecen sus relaciones consigo mismo y con los demás. Desde el punto de vista emocional, trabajando a diario los sentimientos, estoy avanzando con ellos y mejorando su día a día, son más "felices", que es el principal objetivo en nuestra labor, y a partir de ello, puedes conseguir que los niños y niñas aprendan toda esa otra parte de conocimientos con los que progresarán en su formación académica. Pero primero vamos a las emociones, somos personas y trabajamos con personas.

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