Antes de apresurarnos a ponerle nombre a la dificultad observada, debemos contar con la valoración y el diagnóstico de una serie de profesionales.
- Ámbito educativo. El Orientador, por medio de la informaqión recabada de padres y profesorado, es el encargado en el centro educativo de elaborar un informe psicopedagógico, valorando un posible caso de TDA/H y proponiendo su derivación al Pediatra/Médico de Familia y a Salud Mental.
- Ámbito médico. Una vez puesto el caso en manos de un especialista en Neuropediatría, Neurología o Psiquiatría, se lleva a cabo el diagnóstico clínico.
Tras la valoración de estos profesionales se obtiene un diagnóstico, del cual obtendremos información sobre si se trata o no de un TDA/H, así como la estrategia a adoptar, tanto educativa como clínica.
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